domingo, 8 de diciembre de 2013


Historia



Una máscara es una cobertura de la cara, que quien la usa comunica una identidad diferente a la propia; también puede ser como retrato o una pantalla protectora para la cara. “Es la mirada que no mira y mira”
Octavio Paz.
Los etnólogos sitúan el nacimiento de la máscara en el momento en que se produce la autoconciencia –conciencia de uno mismo-. Su uso se remonta a la más lejana antigüedad encontrándose entre los egipcios, griegos y romanos. Los griegos las empleaban en las fiestas dionisiacas; los romanos durante las lupercales y las saturnales y además en las representaciones escénicas.

Antes de la Edad Antigua, el hombre estaba estrechamente vinculado con los animales y con su mundo circundante; conoce el miedo a las fuerzas por las que se encuentra amenazado: una tempestad, un animal salvaje o espíritus, por lo que considera necesarios símbolos y escudos protectores. Este sentimiento recae en todo el entorno y en que a todos los seres se les concede fuerzas sobrenaturales y sobre ellos se proyectan contenidos inconscientes; en consecuencia, se “personificaran” para influir en las fuerzas demoniacas.

Entre los griegos y romanos, las máscaras eran una especie de casco que cubría enteramente la cabeza y además de las facciones del rostro, tenía pelo, orejas y barba habiendo sido los griegos los primeros en usarlas en sus teatros a fin de que los actores pudieran semejarse físicamente al personaje que representaban.

En Grecia la máscara no solo va a infundir temor, si no, también, alegría de vivir. Las fiestas rituales van a dejar paso a las representaciones teatrales; marcando así, una distancia entre ella misma y quien la porta.

Durante la Edad Media hubo mucha afición a los disfraces y máscaras, incluso en las fiestas religiosas como la del asno o la de los locos. Las máscaras representaban símbolos de la fuerzas demoniacas dando cuerpo a los personajes del infierno. En los torneos, ciertos caballeros que no querían ser conocidos combatían con máscara.

Durante el Renacimiento tuvieron un auge inesperado con la comedia dell’ arte italiana, siendo las máscaras notablemente burlescas para estas comedias de improvisación con un repertorio fijo de personajes y esquemas básicos argumentales –por lo tanto arquetípicos-: arlequines, pierrots y colombinas, entre otros, que podían decir impunemente la verdad. Con todo, el mayor empleo de la máscara tenía efecto en el siglo XVIII, en Italia y, sobre todo, en Venecia, durante el Carnaval.

Las primeras máscaras se hicieron de corteza de árbol, luego fueron de cuero forrado de tela y por último las hacían de marfil o de madera para que tuvieran más consistencia y texturas más reales. Desde el siglo XVI al XVIII las damas adoptaron las máscaras con el nombre de antifaces para resguardarse del sol.2

Las máscaras se usan en funciones rituales, sociales y religiosas, donde los participantes las usan para representar las figuras espirituales o legendarias. En algunas culturas también se cree que el usar una máscara permitirá que el portador tome las cualidades de la representación de esa máscara; es decir, una máscara de leopardo inducirá al portador a convertirse o actuar como leopardo.


Máscaras africanas




 
Máscara Baoulé de la región Bouaké, Costa de Marfil.
Las máscaras africanas desempeñan un papel importante en las ceremonias tradicionales y danzas de teatro. Todas las máscaras africanas caen en una de cuatro categorías: espíritus del antepasado, héroes mitológicos, la combinación del antepasado y el héroe, y los espíritus animales.
Las máscaras en África son de gran importancia en las ceremonias de países de ese continente (como también en algunos de Asia, incluyendo Camboya y Laos), especialmente durante las ceremonias funerarias. La palabra designa tanto a la persona que la porta como a la máscara misma.
La máscara es un objeto de madera tallada. Hay un bailarín, un traje, un "espíritu" o un "genio" que lo habita. Se trata de un "ser sagrado", un instrumento de la armonía social. En la sociedad tradicional, la máscara es una institución religiosa, política y social. Es el mediador entre Dios y los antepasados de los hombres. Interviene en las decisiones políticas, acompaña a la siembra y la cosecha, castiga a los culpables, garantiza la continuidad de los conocimientos, recibe al niño al nacer, le permite convertirse en adulto, lo trae al mundo de la sabiduría y lo acompaña en su muerte.
En la época colonial, las máscaras eran destruidas por los "misioneros" que veían en ellas una competencia religiosa peligrosa.
Al igual que la mayoría de países de África, Costa de Marfil nunca ha autorizado la exportación de máscaras "auténticas". Por otra parte, una resolución adoptada por la UNESCO (Organización de Naciones Unidas para la educación la ciencia y la cultura), prohibía desde principios de los años 1990 quitar las máscaras y estatuas de África.
Para las culturas africanas, en términos generales, la función siempre es preferible a la forma, la belleza no es deseable en sí misma. Lo que los coleccionistas "del norte" llaman "el arte africano" en realidad se refiere a los objetos ordinarios o culturales, profanados o no utilizados hoy en día, que se muestran o se venden para colección.

Algunos Materiales



Mascara (Yoruba)
Mascara (Yoruba)














                                                                   Boceto

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